sábado, 20 de junio de 2009

Hoy…. 14 años y 6 meses…


Hoy me pongo a pensar en el tiempo transcurrido. ¡Cómo han pasado los años!, ¿verdad?. Parece que fue ayer que me colmé de alegría cuando te ví nacer, y ya transcurrieron quince años de aquel dichoso momento. Eres ya todo una mujercita. Adolescente aún, con todo un mundo por delante.

Pero tenes que saber, la adolescencia es la etapa más hermosa de la vida. Tu cuerpo cambia, tus actitudes cambian, tu mente cambia, tu manera de pensar y de ver las cosas cambian todos los días. Y esto me obliga a recordarte que tenés que ser responsable en todos tus actos, para que el mañana te encuentre preparada y te conviertas en una mujer de bien.

Los adolescentes son en general rebeldes, pero esa rebeldía cultivala para hacer frente a las injusticias y a los abusos, que todos los días verás a la vuelta de la esquina, en cada niño que pide limosna, en cada madre que no tiene el pan para sus hijos, en cada padre que no tiene trabajo.

Sé siempre defensora de tus derechos y también de los derechos de los demás.
Para esto, tenés que prepararte, estudiar con voluntad, ser perseverante, superarte y llegar a ser la profesional que aspiras, manteniendo la humildad como un valor importante que te acompañe en cada acto de tu vida.


Yo te pregunto ¿Qué valores quieres cultivar?.

Quizá aún no tengas la respuesta. Entonces, es el momento de empezar a marcar tu camino con verdaderos valores que te van a servir de guía en tu vida futura. La responsabilidad, la puntualidad, la justicia y equidad, el culto a la verdad, etc.

Todo esto que ya te hablé en alguna ocasión, espero que lo recuerdes siempre. Estoy segura que harás todo lo posible para que siga sintiéndome orgullosa de vos, como el primer día, cuando tus pulmones se llenaron de aire y exhalaste el primer llanto que me hizo vibrar de emoción.

Te amo hija